La democracia electrónica es un concepto basado en el uso de tecnologías de la información y de la comunicación, como el Internet, para mejorar el proceso democrático al interior de un país democrático. Su desarrollo todavía está en estado embrionario, sin embargo ya ha creado una fuerte controversia a través del mundo, tanto en el seno de los gobiernos como de grupos políticos o de la sociedad civil. Basándose en experiencias anteriores de otros países se estudia lo positivo y negativo que resultaría poner en marcha dicho plan.
¿Será una buena alternativa implementar esta nueva forma de sufragio en nuestro país?, ¿estamos preparados, acaso somos lo suficientemente desarrollados para esto?, si bien formamos parte de la globalización y la tecnología nos esta absorbiendo cada vez más, hay que asumir una realidad latente en nuestra sociedad, no todas las personas tienen acceso a internet, por lo tanto que tan efectivo puede resultar para la realidad que se vive en chile la incorporación de esta nueva metodología, según Dahl (1999), para que un gobierno sea democrático debe existir una participación efectiva, es decir que todos los miembros de la sociedad tengan oportunidades iguales y efectivas para hacer que sus puntos de vista sobre un tema sean conocidos por los otros miembros, por lo tanto una persona que vive en un sector rural, que jamás ha utilizado un computador y mucho menos se maneja en internet, ¿ podría utilizar dicha manera para expresar su opinión?, otro punto importante es lo que señala Rheingold (1994), el hecho de que exista una democracia directa, alienta a la gente a tener más interés en los procesos políticos y así ser más responsables de su propio futuro.
Al ser por internet se da la facilidad de una alteración en los votos, si existen personas capaces de entrar a sistemas tan resguardados por el gobierno como la página de carabineros de chile, créanme que se las ingeniarían para alterar de alguna forma los resultados ya sea de elecciones presidenciales o de cualquier otro tipo de sufragio.
Por último y como conclusión podríamos decir que si hay algún punto favorable a esta nueva forma de participación democrática es que los jóvenes se podrían incorporar a las votaciones ya que si bien de acuerdo a información recogida de los sitios web del Servicio Electoral (www.servel.cl) y del Instituto Nacional de Estadísticas (www.ine.cl), el comportamiento electoral del segmento de jóvenes entre 18 y 29 años de edad ha cambiado dramáticamente entre los años 1988 y 2006, hoy sólo 1 de cada 5 jóvenes está inscrito en el Servicio Electoral y están ausentes de este padrón en cifras absolutas aproximadamente 2.450.000 jóvenes. Sólo para tener una idea del potencia electoral de este segmento ausente recordemos las cifras de la segunda vuelta electoral del año 2006: Michelle Bachellet obtuvo 3.723.019 votos contra 3.236.394 votos de Sebastián Piñera, con una diferencia entre ambos de 486.625 votos. Haciendo política ficción y asumiendo que este segmento de jóvenes se comportará homogéneamente, por si solos podrían levantar un candidato presidencial y llevarlo a segunda vuelta, por lo tanto, al estar estos más involucrados con la tecnología, podrían motivarse y participar activamente en la democracia de nuestro país.
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